lunes, 9 de septiembre de 2013

Todo con vos

Yo soy Laura. Él es Martín. Hace apenas un año que somos Laura y Martín, pero en este tiempo hemos vivido situaciones tan intensas, tan radicales, que nos parece que lo somos desde siempre. Juntos, nos hicimos nuevos.
Martín es el creativo, el de las ideas locas, el de las propuestas indecentes. Yo soy –se supone- la que pone el cable a tierra, la sensata, la equilibrada. Se supone.
Hay una frase que surgió desde nuestros comienzos y que nos marcó el rumbo como pareja: “quiero todo con vos”. Podría parecer una frase hecha, pero no.  A nosotros nos abrió la puerta a una relación más sincera y libre que cualquier otra que hayamos tenido hasta ahora; nos permitió confesarnos  en voz alta fantasías inconfesables  y buscar la manera de hacerlas realidad. Porque si quiero todo con vos, nada es motivo de prejuicio, crítica o censura.
Martín empezó proponiendo ir a un boliche swinger. Él  había ido un par de veces, antes de conocerme. A mí me habían hecho propuestas relacionadas con eso,  pero nunca se me había cruzado por la cabeza aceptar. Esa fue la primera vez que se puso a prueba el “quiero todo con vos”. Fuimos. Solo para ver, en principio. Pero resultó que nos ganaron el ambiente, las ganas, el morbo, y esa noche vimos, olimos, tocamos… usamos todos los sentidos. Concretamos nuestro primer trío. O nuestros, porque fueron dos. Uno, olvidable (literalmente: ni siquiera recuerdo la cara de nuestro partenaire). El otro, fundacional (ya tendrá su merecido capítulo aparte).
Antes de eso, en realidad, yo le había hablado de mis fantasías de spankee. Esas cosas que uno no anda compartiendo así como así. Y Martín resultó ser el compañero ideal también para eso. Por primera vez estuve en manos de un spanker, y supe que el antes y el después son muy excitantes, pero el durante puede ser bastante doloroso.

Cada vez nos sentíamos más unidos. Cada vez compartíamos más secretos.  Y hay más, que ya iremos contando…

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